lunes, 20 de mayo de 2019

INTRODUCIR LOS ALIMENTOS INFANTILES UN BIEN EMOCIONAL

Cuidar el ambiente emocional , ser paciente al introducir los alimentos, establecer un contacto agradable y cómodo para el niño mientras le damos el alimento, especialmente cuando ya está tomando semisolidos y va a acostumbrarse poco a poco a nuevos sabores y  texturas. 
El momento de la cena o de la comida de medio día  debe ser siempre lo más positivo posible. Comer también es un acto social y mientras comemos imitamos a los que nos rodean. El ambiente para el niño debe ser tranquilo, siempre se dijo que mientras se come no se habla, 
 cuanto menos hablar poco, por aquello de evitar  temas polémicos que distorsionan el placentero  momento de la comida en familia.
Se trata de que el niño interiorice que el acto de comida, es  un espacio del día en el que nos sentimos cómodos, hablamos de los sabores, le decimos al niño que vamos a crecer que nos estamos poniendo fuertes. Y si le damos a probar algún alimento nuevo diremos qué rico, está qué dulce,  qué tierno, ... es decir hablaremos de sus cualidades para que las observe buscando en ello algo agradable. 
Por supuesto se trata de crear un hábito, que no se creará por imperativo,  pero si debemos tratar de estructurar las horas del día en las que se establece el horario de la comida y en las que nos damos un tiempo para que tome su alimentación. Puede que a veces rechace las tres o cinco primeras cucharadas, será fácil animarle. Todo es cuestión de paciencia y de mantener una posición firme aunque no rígida


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